miércoles, 19 de marzo de 2014

NOCHE DE ROCK AND ROLL





Urkiolan Rokanrrola
                                                        Rock en Urkiola



   Eran los finales de los  70 o primeros 80´s  aunque no recuerdo la fecha exacta pero sería verano cuando AEK organizaba la primera fiesta AEKANPADA  con un montón de grupos de Rock y Folk en Urkiola destinado a recoger fondos para el euskera. La fiesta consistía en dos días de acampada en el monte. Luego hubo otras Aekanpadas en Urkiola.



   Íbamos Jaime alias El Peque, el difunto Kike Turmix y alguien mas que no recuerdo, llevábamos una tienda enorme de campaña de tipo Canadiense como para unas ocho plazas. Montamos la tienda en la campa más próxima a los escenarios y a las Txoznas, pensando que si nos emborrachábamos teníamos cerca nuestro cubil para dormir y nos costaría menos llegar.



   Aquello se lleno de gente, fue totalmente un éxito y además nos hizo muy buen tiempo, Fuimos por las diferentes Txoznas que había a cenar algo y tomar unos Kalimotxos antes de comenzar los conciertos. Me es imposible recordar a todos los grupos y artistas que actuaron, pero básicamente los grupos que más recuerdo fueron ITOZ y NIKO ETXART para mi Niko era una leyenda y hasta entonces no le había visto nunca en directo. Fue el primer impulsor del Rock y Blues adaptado al euskera fuera de la ortodoxia litúrgica que hasta entonces había en algunos sectores de la Izkierda Abertzale con aquellos cantantes de corte folk y cantautor, En los 70´s hubo una ruptura total en la música vasca, los predecesores eran Errobi, Niko, Itoiz, Embor, Lisker, Minxoriak y otros grupos más, luego llegaría toda la revolución del Punk y el Rock Radikal Vasco.



     Vimos al grupo Itoiz de mi amigo Juan Carlos Pérez y nos fuimos a beber, mientras había otros artistas actuando. Luego vimos el espectáculo de las brujas con las antorchas descendiendo por las campas del Santuario y comenzó el concierto de Niko, fumamos unos porros y nos bebimos varios Kachis de Kalimotxo entre todos.



      Por las Txoznas me encontré con Nachillo, un tipo medio vagabundo hippie de Barcelona que le conocí ese verano cuando estaba en el camping de Lekeitio y venía a nuestra tienda a dormir. Le conocimos en la famosa sala Kabaua de ese pueblo y se hizo muy amigo nuestro: le dábamos de comer y de pribar (Beber) y aquí en Urkiola estaba igual de colgao ¡Ya teníamos un nuevo habitante en nuestra tienda!



     Termino el concierto y después creo que había una verbena. Seguimos por las Txoznas y conocimos a unas chicas muy jatorras ellas. Eran como muchas vascas de pueblo totalmente auténticas y medio asilvestradas. Nos intercambiamos los Katxis de Kalimotxo y estuvimos toda la noche con ellas. Ellas tampoco tenían tienda, habían venido a hacer una Gaupasa; Estar despiertas toda la noche para irse a la madrugada. ¡Al final ya teníamos casi un hotel en nuestra tienda! Hice buenas migas con una de ellas y nos hacíamos ojitos. Comenzó a caer una niebla de espanto y la humedad se te metía por los huesos. Decidimos comprar unos Katxis de Kalimotxo  y algunas bolsas de patatas fritas e ir a nuestra tienda. Desde la puerta veíamos a toda la gente que se iba refugiando poco a poco en sus madrigueras y algunos borrachos como nosotros/as que increiblemente aún aguantaban debajo de los toldos de las Txoznas. Nosotros teníamos una cerca de la tienda aproximadamente cien metros y había música de Barrikada y otras bandas, debían de tener solamente dos cintas pues todo el rato sonaba siempre lo mismo. La chica llamada Lourdes con la que hice simpatía se sentó junto a mi y se me pego para que yo la diera calor, La abrace y seguimos bebiendo, fumando porros y charlando mientras sonaba la canción de Barrikada “Esta es una Noche de Rockandroll”  ¡Y tanto que iba a serlo! Al final el cansancio nos pudo y nos echamos a dormir. Nos tapamos como pudimos con mi saco de dormir  e intentamos conciliar el sueño. En la Txozna seguía la música, eran las cuatro de la madrugada y pensé a ver cuando cierran la Txozna y apagan la música.



       Aún con sueño y cansancio no había manera de dormir los demás no se cómo lo conseguían, estaban roncando todos/as y yo despierto y seguía la música. Creo que la canción de Barrikada sonó unas cien veces y termine aprendiéndomelo todo; Acordes, notas de punteo, el bajo, la batería y la letra-



       La Txozna no cerro en toda la noche y no me explicaba cómo seguían teniendo gente ¡En mala hora se nos ocurrió poner la tienda allí! Se había hecho de día y yo estaba medio zombie aún. Me tome dos aspirinas que llevaba en la motxila y al de diez minutos estaba en la calle echando la pota de los Kalimotxos, las aspirinas y de su puta madre que no paraba la canción de Barrikada. A eso de las once se despertaron las chicas y quedé con Lourdes para vernos otro día por el Casco Viejo de Bilbao cuando vinieran. Los demás se despertaron un rato más tarde y se fueron a desayunar al Hostal Buenos Aires de Urkiola. Yo me quede en la tienda a ver si dormía algo y al final lo conseguí, creo que estuve dormido unas cinco horas.



       La fiesta continuaba pero a la tarde cambiamos la tienda a otro sitio más lejano de la campa donde no había tanto ruido. Estábamos cerca del cementerio a unos cincuenta metros y a la noche hicimos risas con los fantasmas, las brujas y demás genios de la naturaleza  que se nos ocurrían. A kike se le ocurrió hacer una psicofonía con el aparato radiocasete  a pilas que teníamos, el plan era grabar voces dejando el aparato en la puerta del cementerio en una cinta de casete. Pero nadie se atrevía a hacerlo, estaba aquello más oscuro que la boca del lobo y estaban acojonados. Al final cogi el radiocasete y me fui yo a ponerlo justo un metro antes de llegar me ocurrió una cosa extraña; me pareció que alguien me daba un tortazo en la mano y se me cayó el aparato al suelo. Lo volví a poner de nuevo, dí a la tecla de grabar y no funcionaba, intente la operación varias veces mirando si el casete estaba bien colocado en su sitio y no había manera. Subí de nuevo a la tienda de campaña y les conté lo que me había pasado, se quedaron acojonados y comprobamos que el casete seguía sin funcionar. Ni grababa ni sonaba. Cambiamos las pilas y seguía igual ¡Era para acojonarse! A Kike le entro tal acojono que nos dijo que nos fuéramos de allí, los demás estaban medio asustados y yo me estaba riendo a carcajadas pues no entendía lo de tener miedo a un muerto, y además yo no vi a ningún Fantasma excepto a los que tenía delante, puede que el aparato se hubiera estropeado por frío o algo parecido aunque la sensación de golpe me tenía un poco mosca. Al final recogimos la tienda, bajamos al parking donde teníamos el coche y nos bajamos de Urkiola a Durango. Aún eran las dos de la mañana y había ambiente en Durango. Entramos a un bar y pedimos unas cervezas y me fui a los servicios, al regresar vi una maquina tragaperras de esas pequeñitas de CIRSA, metí una moneda de veinticinco pesetas y no seria mi sorpresa ¡Me salio el premio gordo de cinco mil pesetas! Aquello nos vino como anillo al dedo, estábamos casi sin blanca y ahora volvíamos a tener dinero para seguir bebiendo de nuevo.

  

     A eso de las cuatro de la madrugada regresábamos a Bilbao y a Kike se le ocurrió la idea de comprobar si el Radiocasete funcionaba y cual seria nuestra sorpresa ¡Empezó a sonar! Nos entró una risa de espanto al ver la cara de estupefacción de Kike y casi nos damos una ostia con el coche contra una valla por culpa de la risa, pues Jaime se descontrolo un poco ¡Aquello si que fue una noche de Rockandroll! Termine de esta canción hasta la coronilla. Cada vez que vuelvo a oírla me acuerdo de Urkiola. Que me perdonen los compañeros músicos de Barricada.



     

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