EL CONCIERTO
Me
desperté a las seis de la tarde y me dirigí al Berebar de la calle San
Francisco a tomar un desayuno-merienda, una vez finalizado tome camino hacia
SAREA un local Cultural emplazado en la Plaza Corazón de María dentro
del barrio San Francisco. Sarea surgió como asociación cultural para dinamizar
el barrio que estaba en un período de
reconstrucción y donde la banca especulaba con los pisos antiguos y los
terrenos, gracias a las luchas vecinales se logró parar y se logro comenzar un
período de rehabilitación entre ellos estaba también lo cultural. Yo era
el Coordinador Musical de la asociación y me encargaba de organizar los
conciertos. Aquella tarde actuaba el grupo Yellow Dog de Basauri – Bizkaia,
ofreciéndonos un concierto de blues
acústico. Tenía que supervisar el Backstage de los músicos, los equipos de
sonido y montaje del escenario entre otras cosas. Llegue al local , pedí un
café a Marivi que estaba en la barra del bar. Me puse a trabajar y llegaron los
músicos.
Una vez
de terminar las pruebas de sonido tomamos unas cervezas antes de la función en
ese momento llego Arturo el “Supervisador” de la asociación, le presente a los
músicos y charlamos un rato. El público iba llegando, la sala se lleno de
gente, el bar funcionaba a tope de cervezas y vinos. Los músicos se iban
colocando en el escenario, al de un rato comenzaron a tocar blues del Missisipi
y de todo el Delta con las guitarras acústicas y el Dobro. Salí con mi amigo pintor bereber llamado Dady
a fumar un porro a la calle y al rato volvimos a entrar, pedimos de nuevo unas
cervezas, al final nos dieron las diez de la noche, había tomado varias
cervezas y necesitaba llenar el estómago. Termine mi trabajo con los músicos
dándoles su paga, me despedí de Marivi y de Arturo y me baje al Casco Viejo de
Bilbao. Cene un bocadillo en el Bar Txakurtto de la calle El Perro y me
encamine hacia el Pub Lasai de la calle Ronda para que mi amigo Manolo me
preparase un fabuloso Carajillo que sólo él sabe prepararlo como nadie.
Charlamos un rato y nos fumamos un porro en la esquina de la barra
disimuladamente. Al cabo de un rato me marche al bar de al lado llamado Café de
la Villa, pedí
una cerveza mientras la echaba los tejos
a la camarera mientras ella me sonreía. Estuve un rato largo en el bar, hablando
con gente y saludando, pedí otra cerveza más. Salí a la calle para airearme y
vi que había una pelea entre dos punkis pies negros, se estaban dando de ostias y la gente les
miraba pero nadie intervenía. Eran
seguramente también Yonkis seguramente se estaban zurrando a cuenta del
dinero de la droga. Aparecieron los Policías Municipales a poner orden y entre
para el bar, yo no quería saber nada ni ser testigo de nada. Marche hacia la calle
Barrenkale entre en el Pub Katu Zaharra,
un bar emblemático y puro del Rock and Roll , pedí un Gintonic a Chema el camarero.
Sonaba la música de Esteve Ray Vaughan y en la esquina de la barra estaba mi
amigo Gus como siempre, aquello era su puesto de cliente.
Salimos a
la calle un rato a fumar un canuto de Marihuana y charlamos de las cosas
cotidianas y de noticias nuevas de la calle. Me contó que había estado en una
fiesta haciendo de Chef de Vinos. Había sido la exposición del pintor Roscubas
y que un tal Jose le pregunto por mi. Entramos de nuevo al local pedí otro Gintonic, al de un rato se nos fue
juntando más gente y me presentaron a una chica rubia muy tímida. Se llamaba
Iciar y era maestra de Instituto. Tenía unos ojos azules misteriosos y esa cara
medio judía con mezcla de vasca, era muy
sonriente y bella. Estuvimos charlando sobre su profesión también que era de un caserío y que le gustaba viajar,
la montaña y más cosas. Al final nos dieron las cuatro de la madrugada en el
bar la invite a tomar otra copa donde
estuviese abierto. Avanzamos unos metros, entramos en el bar Paradisde de la
misma calle que el Katu Zaharra. Dentro estaba Begoña la dueña pedimos unas
copas, mientras mirábamos el ambiente, sonaba la música de BB. King. Iciar y yo
nos sentamos en una esquina mientras me
hacia un canuto seguimos charlando sobre la música y derivando la conversación
hacia campos de misterios y relatos vascos de brujería, genios, lamías y demás entes de la naturaleza, ella aún creía
que esas cosas existían. El bar estaba cerrando y poco a poco los clientes se
iban marchando, terminamos nuestras copas y salimos de nuevo a la calle. La
pregunte si se iba o le gustaría dormir en mi casa, ella acepto pues no tenía
ganas de conducir estando con unas copas y nos pusimos a andar, mientras yo me
preparaba una raya de Espeed para quitarme la borrachera, ella dijo que también
quería y que no había probado nunca y al final nos metimos cada uno una dosis.
Llegamos a casa y le enseñe una habitación, ella pregunto cuál era la mía, la
indique y me dijo que quería dormir conmigo. Nos besamos y nos metimos en la
cama, nos desnudamos para follar, antes de comenzar a besarnos de nuevo nos pusimos a charlar y por efecto del Espeed
no paramos de hablar en toda la noche o lo que quedaba de ello al
final nos quedamos dormidos. Desperté y ella no estaba, mire en la mesilla el
reloj para mirar la hora al lado del
reloj encontré una nota que decía ¡Mañana Follamos! Junto a un número de
teléfono.
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