miércoles, 26 de marzo de 2014

EL CONCIERTO





                                   EL CONCIERTO






           Me desperté a las seis de la tarde y me dirigí al Berebar de la calle San Francisco a tomar un desayuno-merienda, una vez finalizado tome camino hacia SAREA un local Cultural emplazado en la Plaza Corazón de María dentro del barrio San Francisco. Sarea surgió como asociación cultural para dinamizar el barrio que estaba  en un período de reconstrucción y donde la banca especulaba con los pisos antiguos y los terrenos, gracias a las luchas vecinales se logró parar y se logro comenzar un período de rehabilitación   entre ellos estaba también lo cultural. Yo era el Coordinador Musical de la asociación y me encargaba de organizar los conciertos. Aquella tarde actuaba el grupo Yellow Dog de Basauri – Bizkaia, ofreciéndonos  un concierto de blues acústico. Tenía que supervisar el Backstage de los músicos, los equipos de sonido y montaje del escenario entre otras cosas. Llegue al local , pedí un café a Marivi que estaba en la barra del bar. Me puse a trabajar y llegaron los músicos.

         Una vez de terminar las pruebas de sonido tomamos unas cervezas antes de la función en ese momento llego Arturo el “Supervisador” de la asociación, le presente a los músicos y charlamos un rato. El público iba llegando, la sala se lleno de gente, el bar funcionaba a tope de cervezas y vinos. Los músicos se iban colocando en el escenario, al de un rato comenzaron a tocar blues del Missisipi y de todo el Delta con las guitarras acústicas y el Dobro.  Salí con mi amigo pintor bereber llamado Dady a fumar un porro a la calle y al rato volvimos a entrar, pedimos de nuevo unas cervezas, al final nos dieron las diez de la noche, había tomado varias cervezas y necesitaba llenar el estómago. Termine mi trabajo con los músicos dándoles su paga, me despedí de Marivi y de Arturo y me baje al Casco Viejo de Bilbao. Cene un bocadillo en el Bar Txakurtto de la calle El Perro y me encamine hacia el Pub Lasai de la calle Ronda para que mi amigo Manolo me preparase un fabuloso Carajillo que sólo él sabe prepararlo como nadie. Charlamos un rato y nos fumamos un porro en la esquina de la barra disimuladamente. Al cabo de un rato me marche al bar de al lado llamado Café de la Villa, pedí una cerveza mientras la echaba  los tejos a la camarera mientras ella me sonreía. Estuve un rato largo en el bar, hablando con gente y saludando, pedí otra cerveza más. Salí a la calle para airearme y vi que había una pelea entre dos punkis pies negros,  se estaban dando de ostias y la gente les miraba pero nadie intervenía. Eran  seguramente también Yonkis seguramente se estaban zurrando a cuenta del dinero de la droga. Aparecieron los Policías Municipales a poner orden y entre para el bar, yo no quería saber nada ni ser testigo de nada. Marche hacia la calle Barrenkale  entre en el Pub Katu Zaharra, un bar emblemático y puro del Rock and Roll , pedí un Gintonic a Chema el camarero. Sonaba la música de Esteve Ray Vaughan y en la esquina de la barra estaba mi amigo Gus como siempre, aquello era su puesto de cliente.

       Salimos a la calle un rato a fumar un canuto de Marihuana y charlamos de las cosas cotidianas y de noticias nuevas de la calle. Me contó que había estado en una fiesta haciendo de Chef de Vinos. Había sido la exposición del pintor Roscubas y que un tal Jose le pregunto por mi. Entramos de nuevo al local  pedí otro Gintonic, al de un rato se nos fue juntando más gente y me presentaron a una chica rubia muy tímida. Se llamaba Iciar y era maestra de Instituto. Tenía unos ojos azules misteriosos y esa cara medio judía con mezcla de vasca, era muy  sonriente y bella. Estuvimos charlando sobre su profesión también  que era de un caserío y que le gustaba viajar, la montaña y más cosas. Al final nos dieron las cuatro de la madrugada en el bar  la invite a tomar otra copa donde estuviese abierto. Avanzamos unos metros, entramos en el bar Paradisde de la misma calle que el Katu Zaharra. Dentro estaba Begoña la dueña pedimos unas copas, mientras mirábamos el ambiente, sonaba la música de BB. King. Iciar y yo nos sentamos en una esquina  mientras me hacia un canuto seguimos charlando sobre la música y derivando la conversación hacia campos de misterios y relatos vascos de brujería, genios, lamías  y demás entes de la naturaleza, ella aún creía que esas cosas existían. El bar estaba cerrando y poco a poco los clientes se iban marchando, terminamos nuestras copas y salimos de nuevo a la calle. La pregunte si se iba o le gustaría dormir en mi casa, ella acepto pues no tenía ganas de conducir estando con unas copas y nos pusimos a andar, mientras yo me preparaba una raya de Espeed para quitarme la borrachera, ella dijo que también quería y que no había probado nunca y al final nos metimos cada uno una dosis. Llegamos a casa y le enseñe una habitación, ella pregunto cuál era la mía, la indique y me dijo que quería dormir conmigo. Nos besamos y nos metimos en la cama, nos desnudamos para follar, antes de comenzar a besarnos de nuevo  nos pusimos a charlar y por efecto del Espeed no paramos de hablar en toda la noche o lo que quedaba de ello   al final nos quedamos dormidos. Desperté y ella no estaba, mire en la mesilla el reloj para mirar  la hora al lado del reloj encontré una nota que decía ¡Mañana Follamos! Junto a un número de teléfono.

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