miércoles, 28 de septiembre de 2016

¿Anarquistas en Bermeo?



¿Anarquistas en Bermeo?

   
   Aunque parezca increíble que en un pueblo tan nacionalista como era Bermeo a principios del siglo XX surgiera un grupo de la CNT, es una realidad anacrónica. Bermeo da muchas sorpresas sobre su historia. También hubo grupos comunistas y muchos republicanos que convivieron hostilmente y con enfrentamientos frecuentes cuando jóvenes de los diversos partidos coincidían por las calles o alguno cruzaba el territorio del otro.

Así lo muestra en su trabajo: Bermeo y la Guerra Civil. La Batalla del Sollube de Francisco Manuel Vargas Alonso.

  Apuntaremos esta parte de su trabajo histórico centrándonos en el texto del autor que habla sobre Anarquismo en Bermeo que es lo que nos interesa.

El anarquismo.

   “El inicio de la actividad anarquista en Bermeo se remonta a los tiempos de la Monarquía de Alfonso XIII. Durante la II República, la postura contraria de la CNT frente a los Gobiernos de los dos Bienios, el Progresista y el Derechista, se saldó con una dura represión del sindicalismo revolucionario anarquista. Esto conllevó una notable reducción de actividad en los organismos locales de la CNT.

   Los anarquistas locales se mostraron reticentes al régimen republicano durante los dos bienios, y sólo las elecciones del Frente Popular de Febrero- Marzo de 1936 les llevaron a participar, a título particular más que de organización, en favor de las candidaturas frentepopulistas. En todo caso más para favorecer la inmediata amnistía de los revolucionarios de octubre de 1934 prometida por el Frente Popular que por ser partidarios de un programa socio-económico que sólo restauraba lo logrado para los trabajadores durante el primer bienio republicano. El núcleo anarquista bermeano se organizó en torno al llamado “Sindicato de Bermeo”. La primera referencia del mismo data de junio de 1935 y los datos más fiables de su militancia son posteriores, de abril de 1936, momento en el que el número de carnet s se elevaba a 70. La guerra elevó la militancia hasta el centenar en enero de 1937. El Libro de Cuentas de la organización confederal en Bizkaia, que va de septiembre de 1933 a septiembre de 1937, nos sirve de fuente fundamental a la hora de abordar las actividades básicas de los cenetistas bermeanos 52. A partir de febrero de 1936, y hasta el inicio de la guerra civil, puede hablarse de una fase expansiva del sindicalismo anarquista en la localidad marinera. A finales de junio había, como mínimo, 150 afiliados correspondientes a los carnet s remitidos. Además, el crecimiento se saldó con el cambio de denominación, ya que de la anterior Sindicato de Bermeo se pasó a la de Federación Local de Bermeo. El estallido de la guerra cambió tempranamente la dinámica al alza de la sindicación revolucionaria cenetista. Todavía en agosto se mantuvo el incremento de afiliación, como refleja el abono de 119 pesetas por otros 50 carnet s y 290 sellos pagados con fecha 11 y 24 del citado mes. Sin embargo, hasta 1937 desaparece toda mención en el Libro de Cuentas que seguimos a operaciones pecuniarias entre la CNT de Bermeo y la central vizcaína. La guerra pasó factura, la movilización y la formación de Milicias pasaron a primer plano, mientras la actividad sindical en la retaguardia decreció ante la marcha a los frentes de combate de lo más granado de la militancia cenetista.
A partir de enero de 1937 la CNT reactivó su actividad en Euzkadi. Para entonces se había reorganizado a los militantes guipuzcoanos refugiados e Bizkaia. Los meses de calma que siguieron a la batalla de Villareal permitieron a los cenetistas realizar una intensa campaña en la retaguardia, acrecentando su afiliación. En Bermeo, dicha reactivación se saldó con un aumento considerable de ingresos en favor de la central radicada en Barakaldo (según el Libro desde julio de 1936). El Sindicato de Bermeo pagó 568,60 pesetas entre enero y marzo por cuatro remesas remitidas desde la central. El 23 de enero se pagó una primera por 160 cartas, 100 carnet s, 500 sellos y 100 hojas confederales; el 30 del mismo mes, otra por valor de 150 sellos; el 27 de febrero una tercera por 50 cartas, 55 carnet s y 300 sellos; el 27 de marzo la cuarta y última por valor de otros 500 sellos confederales. El único gasto que consta tuvo la central en Barakaldo en su relación con los afiliados bermeanos fue una partida de 16 pesetas por los gastos pagados a una delegación del Comité vizcaíno desplazada a Bermeo el 17 de abril. A finales de mes, con la evacuación de Bermeo, desaparecía la labor de los sindicatos anarquistas en la Villa, aunque como veremos la CNT bermeana continuó existiendo varios meses más en Bilbao.

   A la entrada de los franquistas en Bermeo, un corresponsal franquista, José Goñi, encontró impresos editados por la CNT de Vizcaya, es de suponer que en la sede cenetista de la Villa. Para el mismo resultaba increíble que en una zona de hegemonía nacionalista vasca, con gran predicamento eclesial, se diera ese ejemplo de radicalismo. Los citados impresos decían entre otras cosas:

“Arroja la bomba que escupa metralla,
coloca petardos y empuña la Star (…)
No más tiranía, beatas y frailes,
Sucumba la Iglesia y caiga el Poder”..

   No se conoce a partir del final de la guerra más actividad del anarquismo en Bermeo, exceptuando los años 70´s en el que un grupúsculo de unas seis a diez personas realizaría algunos actos propagandísticos en la villa; Pintadas y difusión de octavillas y alguna bandera negra que apareció en alguna de las muchas manifestaciones que se hicieron por diferentes motivos en la Villa. Este grupo se dio a conocer como ANARKISTA BORROKA,

   Y a título personal Bermeo fue el lugar de acogida del escritor libertario Marc Legasse autor del Libro de las Carabinas de Gaztibeltza y otros libros que nos deleitaron en esos años. Vivió en una casita que tenia vistas al puerto Viejo ubicado en el barrio de Bastarre.

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