sábado, 9 de junio de 2018

LA DAMA Y EL VAGABUNDO


LA DAMA Y EL VAGABUNDO

Cuentos y Leyendas

Érase una vez un Vagabundo y una Dama.

. Un día paso un Vagabundo por un lugar de la montaña donde existían muchas casas-torres y muchos árboles, Se asomo a una ventana una Dama rubia y hermosa y pregunto al Vagabundo a ver qué hacia por esos Lares, el vagabundo dijo que era un trovador y escritor de cuentos fantásticos. Que si le echaba una moneda le cantaría o le contaría un cuento La Dama le pidió una canción y el Vagabundo comenzó a cantar, la Dama se quedo encantada con el canto de amor del Vagabundo y le pidió que le cantara otra y así estuvieron mucho tiempo, un día y otro día,

La Dama soñaba con el Vagabundo vivir una historia de amor profundo. Pero nunca bajaba de la Torre a donde estaba el Vagabundo, y soñaba y soñaba con palabras de amor que le salían de su corazón profundo,

El Vagabundo era feliz con la Dama, pensaba que ella bajaría a contemplar las estrellas del firmamento junto a él, que algún día la amaría desnudos debajo de algún roble de los bosques cercanos en un lecho hecho con hojas de Helecho y de Laurel, cubiertos con pétalos de rosas. El Vagabundo acudía a la torre de la Dama cada día a cantar sus romances de amor.

Poco a poco la Dama contó su vida al Vagabundo y le dijo que no era feliz en su mundo de la torre pero que quería conocer el mundo de él, el vagabundo la invito a venir a su mundo. La dama se lo pensaba y pensaba pero nunca se decidía.

Una noche la Dama se atrevió a bajar, en silencio y en connivencia con su criada de confianza y dama de compañía, bajo donde el vagabundo, llevaba mucho tiempo con un ardor interno de deseo y de sentirse amada, parecía como si tuviera un Dragón en el interior de su cuerpo y quería liberar ese deseo que la estaba volviendo loca, que la mantenía siempre con una ansiedad enfermiza y apenas le dejaba conciliar el sueño, y más desde que apareció el vagabundo; un hermoso mancebo de buen ver, moreno, delicado en las formas, de un hablar dulce y lleno de un halo de misterio personal. Éste al verla no entraba en su gozo, era como un sueño.

Se fueron al bosque, se abrazaron y se besaron, pasaron la noche encima de un colchón hecho con hojas de helechos y hayas, también colocaron hojas de Laurel que de vez en cuando les llegaba su aroma. El vagabundo colocó encima su capa e hicieron el amor hasta que el Gallo canto su primera llamada de la hora vespertina. La dama se marcho corriendo, aun había oscuridad y los criados se levantaban con el segundo canto del Gallo una hora después.

Siguieron como al principio durante algún tiempo, pero ella no volvió a bajar de nuevo, era muy peligroso. Si el Señor de la casa al que ella no quería ni amaba y que la casaron a la fuerza, cuando viniera de la guerra lo descubriese podrían matarles a los dos.

El Vagabundo dejo pasar el tiempo pero ya se cansaba de cantar a la dama por que ella sólo lo quería para eso, era su divertimento de aquella torre donde ella se sentía una prisionera más que una mujer esposa de un caballero militar, le gustaban los cantos e historias de la vida del Trovador.

El Vagabundo se marchó de la torre donde estaba "prisionera" La Dama, ya no le cantaba romances debajo de su ventana. La Dama comenzó a enfermar de la pena, a todas las personas que pasaban por delante de la torre preguntaba a ver si sabían algo de un Trovador de Tierras lejanas que estaba por la zona. Nadie sabía nada, nadie le había visto. Pasaron varios años y una mujer que vino de visita a la casa-torre comento que en su pueblo hace tiempo encontraron a un Vagabundo poeta, muerto en una posada junto a una jarra de vino y una hogaza de pan con unas hojas escritas con unos versos en cuartetas escritas a mano qué decían:

Hoy no te amaré pero mañana será otro día
Hoy ya no te cantare versos de amor Princesa mía
Hoy me alejo de ti a otros bosques y otras tierras
A cantar mis Versos a quien ha de merecer escucharlas

Guarde muchas horas debajo de tu ventana
Junto a la ermita de Santa Ana
Horas en vano con mi alma encogida
Hoy mi alma esta dolida

Por tu recuerdo me emborracho cada día
Mañana llegara otra Aurora de nuevo
Llegara otro recuerdo de nuevo
pero mañana será otro día

La Dama de la torre se hecho a llorar, todos los días lloraba en sus aposentos. Un día al ir a despertarla, su dama de compañía la encontró ahorcada. Ató una soga a su cama y se tiro con la soga al cuello desde la ventana.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Gotzon Monasterio
23/02/2017

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